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jueves, 24 de noviembre de 2016

Un lugar llamado Paraiso



Rubén, Susana y Duna, esos catalanes tan viajeros con quien tan buenos ratos hemos pasado desde el primer día que llegamos a la isla.

Los chicos argentinos que se buscaban la vida en Nueva Zelanda.

Cesar el ingeniero químico argentino que se busca la vida en Nueva Zelanda fregando platos para mejorar su inglés y poder trabajar de lo suyo en Australia o cualquier país que quiera un chaval honrado, trabajador y bien preparado. Con él aprendimos mucho de la situación en su país, bastante similar a la nuestra actualmente.

Paula y Sergio, los chicos de Vizcaya que habían dejado todo atrás y se iban un año a Australia a mejorar su inglés.


Sergio e Isabel, dos zaragozanos que encontraron aquí su paraíso.

Toni Rodenas de www.conmochila.com que nos recibió con los brazos abiertos y dispuestos a compartir sin ningún tipo de cortapisas su pequeño trozo de mundo.

Kayan y Daniela los jefes, Ana y Ceki los cocineros, Brocoli y Sha.... Nos hicieron la estancia sumamente agradable.

Todos ellos formaron parte de nuestra gran familia en una isla poco desconocida, hasta que el mundo bloguero y el boca a boca la han puesto en circulación.

Según nos contaban, hace un año había la mitad de la gente que hay ahora, y unos cuantos antes....nadie.
Todos ponen su esperanza en el pacto de silencio de quien pasa por aquí y se convierte en parte de esa familia especial, y en la voluntad de un sultán, dueño de la isla, de mantenerla como hasta ahora y no caer en el desmedido afán por construir y desbordar el lugar hasta acabar con su alma, con su arena y con sus corales.

Aquí hemos pasado una semana que nunca olvidaremos, entre paseos, baños, charlas a la luz de la luna y grandes dosis de disfrute de no hacer nada más que contemplar.

Nos hemos sentido vivos y grandes ecologistas, poniendo nuestro granito de arena en salvar los corales de la destrucción que nosotros mismos estamos provocando.

Hemos jugado a ser "vegis" por unos días y si, hemos bebido mucha cerveza para celebrar la vida.

Nos os voy a contar donde se come mejor o peor, o si elegir una u otra guesthouse. No os contaré tampoco cómo llegar hasta aquí o cuáles son los mejores lugares para hacer snorkel o dónde se ven fácilmente enormes tiburones.
No hablaré de lo que hacíamos en esas largas tardes de relax, mientras esperábamos  a ver la puesta del sol.

Intentaré así mantener este secreto a voces que nos trajo hasta este pedazo de paraíso en la tierra.

Estos han sido sin duda, de los mejores días que hemos pasado viajando.

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