FITUR y la Taberna del Chato

Por fin llegó el primer sábado de Febrero, una fecha muy especial marcada en el calendario.Este fin de semana tocaba ir al la Feria del Turismo en Madrid. Esta ha sido la primera vez que venimos y contó con el aliciente especial de la quedada bloguera que los amigos de minube habían preparado y en la que pudimos disfrutar de la presencia de cuatro de los más importantes cronistas de viajes de las redes sociales como son Paco Nadal, Miguel Silvestre, Sele y Daniel Landa. Haber podido disfrutar en directo y escuchar algunas de sus experiencias vividas a lo largo de sus incontables viajes alrededor del mundo fue para nosotros un verdadero regalo.

Además, hemos tenido de nuevo la oportunidad de volver a saludar, esta vez en tierra española, a Pak con el que charlamos de nuevo meses después de nuestros respectivos retornos a éste nuestro maltrecho país.

Sentados en el suelo del stand de minube observamos nerviosos todas las caras que teníamos alrededor en busca de aquellos blogueros a quienes día tras día seguimos en sus entradas o sus comentarios a través de twitter o en los grupos de Facebook.

No hablamos con mucha gente, supongo que teníamos esa sensación de alumno nuevo que llega a un centro a medio curso, pero disfrutamos mucho de sentirnos parte de este mundo que ahora hace un año descubrimos.

En una maratoniana jornada recorrimos cada uno de los pabellones prestando una especial atención por aquellos stands de lugares innumerablemente mencionados como proyecto de viaje. Procuramos  recopilar cuanta más información acerca de rutas, formas de movernos por la zona, entradas y saludas del país, gastronomía local, visados o climatología, y en cada lugar que nos parábamos y del cuál conocíamos un poco más, nos hacía creer que ese era el próximo destino. Lugares como Perú, Colombia, Australia o Islandia o más cercanos como Andorra, El Valle de Arán, sierra Nevada, País Vasco o Cantabria.....

  Pensamos que hemos viajado y sin embargo queda tanto, tanto por conocer que llegó a abrumarnos.

En cuanto a los pabellones,  en la categoría internacional nos gustó sobretodo el pabellón de América, con stands llenos de colorido y con numerosas actividades que atrajeron a gran número de personas. Entre ellos nos llamó la atención especialmente el de Colombia y el de México, aunque otros como el colorido Brasil o Costa Rica eran para mí espectaculares.

Lo mismo se puede decir de los stands de África, algunos de ellos realmente preciosos y además se podían disfrutar sin problema, no había mucha gente en esta parte de la feria. En Zambia estuvimos hablando con una chica muy simpática que nos ofreció algunos valiosos consejos para movernos por este país.... ¿Será Zambia el destino final de nuestro próximo proyecto? No me importaría en absoluto, tiene muchas posibilidades. El stand de Túnez o el pequeñito de Israel también nos gustaron mucho.

Llegamos a Europa y allí estaba toda la gente que no había en África, a destacar sobretodo las laaaaargas colas de la gente para probar la Pilsner de Praga o la Damm germana.... donde den algo gratis "pa ya que vamos".

Bucear en Malta, aprender inglés en Irlanda, volver a Usuhaia, esquiar en Bariloche o ver el Cerro Torre, hacer un trekking por los Alpes suizos..... Hay tantos lugares y tantas posibilidades.....Islandia fue el país que nos llevó más tiempo de consulta, definiendo con ayuda de una de sus simpáticas azafatas una buena ruta circular por la isla. También participamos también en el sorteo de un saco de dormir con los amigos del stand de Tierras Polares. A ver si me toca que mi saco de invierno ha perdido tanta pluma que ya es de entretiempo.

De todos los pabellones, el que más ansiábamos y más pobre resultó fue el de Asia, apenas había unos cuantos touroperadores que no ofrecían nada nuevo. Me gustó de todas formas hablar con las gentes del pequeño stand de Nepal, un agradable chapurreo entre mi inglés y el de ellos que me trajo buenos recuerdos del pasado. No obstante nos llevamos una idea más o menos clara de una posible ruta de un mes por Australia así como fechas recomendables para cada una de las zonas a visitar, pero eso ya me lo sé gracias a toda la gente que estoy conociendo a través de los blogs. 

En cuanto a los stands nacionales, una nota para mí muy positiva, algunos de ellos eran fantásticos, el espacio reservado a Andalucía brutal con un escenario al fondo donde poder disfrutar del arte de esta tierra.
Los stand de las Islas Canarias daban sensación de frescura y amplitud. País Vasco, Cantabria muy bien estructurados dependiendo de lo que se busque, gastronomía, ciudades, turismo rural o actividades deportivas y el stand de la Rioja precioso con su enjaulado de hierro repleto de cepas demostrando su enólogo poderío.

El Domingo por la mañana amaneció frío pero soleado, y parecía que el viento de días anteriores iba amainando de manera que decidimos aprovechar que hacía tiempo no veníamos por Madrid y dar un paseo por el retiro y el centro de Madrid. Para el almuerzo echamos manos del tripadvisor y buscamos un lugar en el centro que estuviera bien puntuado y con buenas críticas. No costó mucho dar con ese lugar.

La Taberna del Chato, un pequeño local situado junto a la Plaza de Jacinto Benavente, en la calle Cruz número 35.
Llegamos pronto a la entrada del local, sobre la una del mediodía, pasamos dentro y fuimos recibidos de inmediato por Ignacio que estaba detrás de la barra colocando con mimo los chatos que iban saliendo de la cocina y que embriagaban el ambiente. - Bienvenidos, es la primera vez que venís por aquí ¿verdad?, sentaros por favor, sois los primeros esta mañana. -

Ignacio nos fue descubriendo una a una las especialidades del local y nos sugirió las más aplaudidas, consejo que seguimos sabiendo que no cabía lugar para el fallo.

Montaditos de cecina con pimiento, de bacalao ahumado con salmorejo o crujientes de pollo con salsa  barbacoa y, como no! el paté de perdiz,  todos ellos deliciosos.
De plato fuerte una ración de huevos con patatas y jamón que quitaba el sentío, y de postre una mousse de chocolate.

Mientras degustábamos nuestra comida, iba entrando gente al local y todos ellos entablaban amigables conversaciones con Ignacio, cosa que le daba un toque muy familiar y cercano. Mientras Ignacio atendía a sus comensales, otro chico terminaba nuestro servicio también haciendo de nuestra comida un rato agradable.

Café y licor para terminar y una despedida que será corta de seguro, pues en nuestra próxima visita a la capital, de seguro pasaremos por aquí.