La ultima entrada acababa justo a la llegada a Melaka, continúo pues desde allí.
Melaka es una ciudad costera situada a mitad de camino entre Singapur y Kuala Lumpur. Llegamos hasta aquí en bus para quedarnos un par de noches. Ahora, una vez estado allí puedo decir sin mucho miedo a equívoco que, salvo seas un meticuloso culinario interesado en la cocina nonya, con una noche es bastante para conocer esta ciudad.
Todo gira en torno a Town Square, también conocida como Douch's Square, la plaza de los holandeses. Desde aquí, en un par de horas tienes todo el lugar recorrido.
La calle principal llega hasta esta plaza y es conocida como Jonkers Walk, es una calle larga y llena de tiendas y zonas donde comer a ambos lados.
Las tiendas son, sobretodo de ropa, muy originales y baratas y los bares, de todos los colores, comidas de todo tipo y a precios bastante buenos.
Nosotros cenamos la primera noche en el Bistro, buena cocina de fusión y también típica nonya de la zona. Para la segunda noche cenamos en el Geopgrapher, un Lugar de ambiente cubano en el que, sin miedo a equivocarme, podéis pedir unas Vegie Ramen (venid y sabréis lo que esto significa) para chuparde los dedos.
Lo interesante de este lugar es callejear por alrededor de Jonkers Walk y supongo que pasar a la infinidad de museos que tiene esta ciudad, museo marítimo, de guerra , hindú, holandés.... De hecho, esta ciudad fue nombrada junto a George Town hace unos años Patrimonio Cultural de la
Humanidad por la UNESCO.
El hotel donde nos alojamos era uno de los más económicos del viaje, el Hotel Hong, de cuál no hay mucho que decir, calidad / precio adecuada, cama grande y confortable, aire acondicionado y te llevan a la estación de autobuses.
A la llegada a Melaka, sacamos dinero en el cajero de la estación y compramos los billetes para Kuala Lumpur, hay cada media hora durante todo el día y el precio es de risa, 9 riggit que serán unos dos euros mas o menos. Desde la estación de Melaka, tomamos el autobús número 17 que nos dejó en Town Square por 1 riggit.
Le dimos veinte vueltas a Melaka, visitamos los dos centros comerciales que en la ciudad había, a los que se podía llegar andando, hicimos el crucero en barquito por el río..... No hay más que hacer. Los mejor, las cervezas a la orilla del río y la cena de la segunda noche, donde una charla animada con otra pareja de Madrid nos hizo recordar un poco el español.
Ayer llegamos a Kuala. El autobús nos dejó en la estación de Selatan donde hay comunicación con el centro a través de las distintas líneas de metro de la ciudad. Teníamos dos opciones, metro o taxi y decidí ir en el metro. La parada que debíamos bajar para llegar a nuestro hotel era la del monorail, Imbi. Nos bajamos y de pronto estábamos en la calle rodeados de coches por todos lados, sin aceras y bajo un calor de muerte, así que después de elegir metro, tuvimos que coger un taxi para que nos llevara menos de doscientos metros hasta nuestro hotel.
El hotel elegido para pasar tres días en Kuala ha sido el Classic Inn como ya comenté al inicio de la entrada. Es un hotel bien situado, en la zona del
Triángulo de Oro, junto a Bukit Bintang. Es un hotel sencillo pero con todas las comodidades, la única pega es que justo enfrente están las máquinas del aire acondicionado del Berjaya Hotel, y por la noche molesta para poder conciliar el sueño.
Por lo demás es correcto, el desayuno te lo sirven en mesa por la mañana preparado en el momento en que te levantas, las camas son confortables aunque la habitación es pequeña, tipo celda de Alcatraz.
Es primera tarde decidimos acercarnos al KLCC (Kuala Lumpur city centre) para ver las Torres Petronas. Tomamos para ello el monorail hasta la parada Bukit Nanas y desde allí llegamos caminando en unos diez minutos. La visión de estas Torres es realmente impresionante, no son tan elevadas como el Burj Khalifa pero son mucho más espectaculares. En la parte de abajo tienen un centro comercial donde puedes disfrutar de un buen yoghurt helado con frutas o un refrescante zumo de kiwi, manzana y zanahoria por ejemplo.
Cruzando el centro comercial llegas a la fuente del parque Taman desde las que se puede contemplar una estampa muy bonita con las Torres flanqueando los chorros de agua de la fuente.
Caminamos a lo largo de este parque hasta llegar al otro lado, tomamos la calle Jalan Kia Peng, que nos llevó directos hasta el gigantesco centro comercial Pavillion, que da comienzo a la zona de centros comerciales de Bukit Bintang. Estuvimos paseando por el interior de este enorme centro y decidimos cenar en el Food Court de la planta 1, el mejor desde que estamos en Asia. Una vez satisfechos nuestros estómagos, nos dirigimos hacia la salida a Bukit Bintang del centro y recorrimos tranquilamente esta animada calle. Hacia el final de la misma llegas al cartel de Bukit Bintang Walk, un espacio de esta calle reservado a caminar entre puestos de comida, de tiendas, cajeros y muchísimos locales de masaje donde por unos diez euros al cambio, tienes una horita de masaje al puro estilo tailandés.
Sobre las diez de la noche dimos por concluida nuestra primera noche en la ciudad, debíamos descansar para acometer el segundo día de pateo por KL.
Ese segundo día nos levantamos sin mucha prisa, sabíamos que la ciudad esta bien comunicada y no era necesario grandes madrugones. Después de un buen desayuno en el hotel, salimos en dirección a la parada Imbi del monorrail donde compramos dos billetes para KL Sentral por 3,20riggits. Al llegar a esta parada es necesario salir a la calle y cruzar al otro lado de la acera para entrar dentro de KL Sentral. En la misma escalera mecánica de acceso se encuentra la parada del Sky Bus, el autobús que por 9 riggits debía de llevarnos hasta la estación low cost de Air Asia (LCCT) un par de días después. Habíamos visto por internet que salía uno cada media hora, pero una vez allí comprobamos que salen de manera continua, cuando llenan uno, sale y detrás llenan otro, en principio no hay problema para tomar uno de ellos hacia el aeropuerto.
Una vez dentro de KL Station, buscamos la ventanilla de KTM Comuter y sacamos el ticket hacia las Batu Caves, parada final de la línea ( no tiene perdida), el precio fue de 1 riggit por persona y en una media hora nos plantamos en estas impresionantes cuevas que sirven de templos hindúes de veneración a dioses como Hanuman, el dios mono, bajo cuya gran imagen se encuentra la puerta que da acceso a la zona.
En lugar de seguir hablando sobre estas cuevas, creo mucho más conveniente re conducirnos hacia la genial exposicion que, sobre las mismas, hace referencia mi paisano Miguel Ángel Cartagena en su blog de viajes www.miguelenruta.com, el cual las describe a la perfección y es en quien me he basado para preparar esta visita. Me limito únicamente a dejaros alguna postal desde allí tomada, pues todo lo demás lo encontrareis en las palabras de mi amigo.
En un par de horas dimos por terminada esta visita. Nos dirigimos entonces a comer al Food Court del Berjaya, pegado a nuestro hotel, en donde dimos de comer y de beber a nuestros cuerpecitos. Acabada la comida, decidimos ir a descansar un rato con la intención de visitar Chinatown por la tarde.
Sobre las cinco intentamos llegar caminando desde nuestro hotel a la calle Jalan Petaling, pero una tromba de agua nos hizo desistir en el intento y tuvimos que volver de nuevo al hotel a cambiarnos. Finalmente decidimos, ya de noche, ir a la zona de las Petronas para fotografiar las Torres a la luz de la luna. Os dejo algunas de las imágenes tomadas esa noche.
Esta mañana, ultima jornada en Kuala, nos hemos levantado con la idea de conocer otra zona a unos veinte kilómetros de aquí, la ciudad de Putrajaya, lugar donde se encuentran los colosales edificios de los diferentes ministerios del país, así como sus residencias, colegios, segundas viviendas.... Tomamos para ello el monorail desde la parada de Imbi junto a nuestro hotel, y nos fuimos hasta KL Sentral donde nos dirigimos a la ventanilla del Rapid KL, el tren que te lleva al aeropuerto y que pasa por Putrajaya. El billete nos costó 19 riggits a los dos. En una media hora estábamos en estación de metro de Putrajaya.
Con mi espectacular dominio del ingles por signos, nos hicimos con los ser vicios de Ali, un guía que realiza cada dos horas un tour en bus por los puntos más importantes de la ciudad, y al precio de 1 riggit por persona. Para hacer este tour, simplemente hay que acercarse a la ventanilla de información en la misma estación y apuntarte al siguiente turno.
Sobre las 11 empezó esta interesante visita a esta ciudad desarrollada en unos doce o trece bloques separados por mas de ocho puentes y que son el destino de residencia de los principales mandatarios del país, además de encontrarse las sedes de todos los ministerios. Lujo asiático por los cuatro costados. Tomamos algunas fotografías bonitas de estos edificios y, una vez terminada nuestra excursión, pusimos rumbo de nuevo hacia Kuala Lumpur.
La tarde la reservamos, esta vez si, a conocer la zona de Chinatown.
Caminando por Jalan Pudu desde nuestro hotel, llegamos en unos quince o veinte minutos hasta el comienzo del barrio chino. Cuando llegas aquí no te hace falta mirar en el mapa, la aglomeración de gente, el caos de los comercios, y los olores que se desprenden de los puestos callejeros o las tiendas donde este especial grupo de gente que son los chinos compran sus productos, te dice que has llegado a tu destino.
Una vez allí tomamos la calle Jalan Petaling, una larga y techada calle al puro estilo Chinatown, donde se suceden sin parar los puestos de ropa, bolsos, carteras, zapatillas, relojes, colonias y demás falsificaciones que dan el pego cien por cien. Aquí puedes encontrar de todo a precios de auténtica risa.
Hacia la mitad de Petaling, sale una calle que la cruza en perpendicular llamada Chinatown, está repleta de puestos de comida en la calle, pequeños puestos de fruta, donde poder tomar algo por muy poco dinero. Hay pinchos de todos los colores y sabores expuestos y te los hacen en el momento.
Siguiendo esta calle Chinatown llegas hasta el Kasturi Walk, punto que da comienzo al Central Market, un mercado más fino que el anterior, donde puedes encontrar artesanía típica de las distintas regiones de este enorme país.
Acabamos nuestra visita haciendo una parada técnica en la Plaza Merdeka, en uno de cuyos extremos se encuentra uno de los palacetes del sultán con una torre central con reloj y todo, muy bonita.
A tan solo unos pasos de allí había una parada de metro que nos llevó de nuevo hasta la zona de nuestro hotel en el que cenamos acompañados por los gatos de uno de los dueños y nos tomamos un par de cervezas bien, bien frías, pero a precio de oro por eso de estar en un país musulmán supongo.
Nos acostamos temprano esa noche pues a las seis y media teníamos previsto levantarnos para comenzar una nueva etapa, esta mucho más relajada, las Islas Perhentian.
-- Julián Castillo
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