Vuelta a casa. Postales desde Roma

1 de Septiembre de 2012, volvemos a casa.
Son las diez de la mañana y estamos en el aeropuerto de Fiumicino en Roma, a la espera de la hora de embarcar con destino a Valencia, dando así por concluida nuestra fabulosa ruta del escape.

Pendiente dejo para una futura ocasión, la escritura sobre los días pasados en Camboya pero, la gran cantidad de lugares y gentes conocidas allí, no me permitirían hablar con justicia en una única e improvisada entrada.

Así pues comienza esta entrada el día 29 de Agosto, fecha en la que con mucho dolor, abandonamos Asia dejando parte de nosotros con ella.

Nos levantamos a las cinco de la madrugada y, tras realizar el check out en el hotel, tomamos un taxi con destino al aeropuerto.
En esta ocasión volamos con Finnair y todo fue como la seda; Por un lado la reserva de los asientos, cosa que hicimos desde el hotel con el iPad, ya que esta compañía te permite hacer el checking on line treinta y seis horas antes de la salida del vuelo, eligiendo así los asientos de emergencia y dejando pendiente de recoger leas tarjetas de embarque en el terminal de facturación de equipaje del aeropuerto.

El vuelo duraba diez horas hasta la ciudad de Helsinki y, desde allí una brevísima escala de cincuenta minutos para partir de nuevo rumbo a Roma.

Sobre las seis y media de la tarde estábamos saliendo por la puerta del aeropuerto de Fiumicio. Nuestro hotel estaba en las inmediaciones de la Estación de Termini, por lo que habíamos decidido ir hasta el centro de Roma en los autobuses de Terravisión que te dejan en la entrada a la misma.

Desde la salida del aeropuerto, caminamos hacia la derecha hasta la dársena número 3 de la estación de buses anexa y allí sacamos el billete de conexión con el centro de la ciudad. El precio del billete fue de ocho euros ida y vuelta.

En poco más de cuarenta minutos estábamos en Termini. Desde allí nos dirigimos a vía Gaeta donde estaba nuestro hotel, a unos cien metros de la estación. El Alexis es un modesto hotel con buena situación para moverte por la ciudad, una cama decente pero no como en las que hemos tenido el placer de dormir estos dos meses en Asia, con buena wifi y un desayuno que consiste en un croissant y un café, lo justo para empezar la jornada de pateo por la ciudad.

Entre el checking y dejar las maletas se nos hicieron casi las diez de la noche. Estábamos destrozados después de casi 24 horas de viaje, así que decidimos cenar en " La Famiglia" una pizzería que hay justo enfrente del hotel donde poder tomar una cena sencilla y marcharnos a dormir.

A la mañana siguiente, después del desayuno, comenzó nuestro primer día de visita a Roma. Primero al Coliseo y el foro romano donde pasamos buena parte de la mañana.

Desde allí nos dirigimos hacia el Capitolio para admirar una panorámica del foro romano con el Coliseo al fondo.


Estos últimos días en Roma apenas los teníamos preparados pues habíamos centrado todo nuestro tiempo antes de partir en la preparación de la ruta por Asia. Estuvimos ojeando unos días antes del viaje algunas guías de Roma en una librería y decidimos comprar una que se adaptaba a lo que queríamos para esta breve estancia en la ciudad. Su nombre Cheap and Chic Roma a bajo precio y la verdad es que no nos ha defraudado en absoluto.

Llegada la hora del almuerzo, tiramos de guía en busca de un lugar donde calmar nuestros estómagos y que se encontrase cerca de la zona en la que nos encontrábamos, así que nos encaminamos hacia la Enoteca Corsi, recomendada por su vino de la casa y los platos típicos romanos que allí se preparaban, además de los precios que decían ser de los mejores de Roma. Estaba situado en la via de Gesú, muy cerca del Panteón. Eva pidió ternera a la brasa con queso cheddar y canónigos, para mi berenjena al más puro estilo romano y de beber una copa de vino Rosso de la casa. Tanto la comida como el vio eran excelentes, por lo tanto éste seria un sitio que recomendaría para comer si estas por el casco antiguo.



Una vez terminada la comida, decidimos cruzar el río por el Puente de Sisto y adentrarnos en el barrio del Trastévere para visitar la iglesia de Santa María del Trastévere y callejear por las calles de alrededor donde puedes encontrar algunas tiendas interesantes, sobre todo por vía del Moro. Íbamos siguiendo los consejos de la guía, y decidimos probar el que, según ella era el mejor helado de chocolate de toda Roma, en la Plaza de Calisto, a unos metros de la iglesia de Santa María del Trastévere. Su nombre, Bar San Calisto y.........acierto pleno de nuevo.



Después del helado y del descanso de nuestras ya algo cansadas piernas, cruzamos de nuevo el río, esta vez por el Puente de Garibaldi, y nos dirigimos hasta la Plaza de España que estaba repleta de turistas. Allí, sentados en sus escaleras esperamos a que saliese la luna.



El día había sido duro y estábamos muertos, decidimos tomar el metro hasta Termini y cenar de nuevo en "La Famiglia".

Aprovecho para decir que a la vez que escribo, voy escuchando el disco de Anthrax "Persistence of Time" de 1990 que siempre es un motivo de alegría y satisfacción para mis oídos.

Tras la paliza del primer día, decidimos movernos en el metro para continuar nuestra visita. Después de desayunar nuestro súper cornetto, Eva me llevó a rastras hasta el metro con la intención de visitar el Vaticano....Siempre me han dado mucho miedo Batman, Robín y el resto de los Men in Black, así que la idea de ver el Bat-movil y la Bat-casa no me llamaban demasiado.

Llegamos a la Plaza de San Pedro y nos pusimos en cola para entrar a la Catedral. Conforme nos acercábamos nos fuimos percatando de que las mujeres que no llevaban ropas que les cubriesen totalmente las piernas o los hombres que no calzasen zapato cerrado eran cruelmente repudiados y puestos en la fila de salida. Yo y mi manía de llevar chanclas a cuarenta grados en lugar de náuticos impidieron mi entrada a este lugar...... Una pena pero de esta brusca manera terminó nuestra Vaticana visita.



Después de esta infructuosa visita decidimos tomarnos nuestro último día de viaje más tranquilo, de manera que nos dirigimos, en metro esta vez, hasta la Fontana de Trevi, abarrotada de turistas tirando monedas e intentando buscar un hueco para hacer la foto correspondiente.... agotador y tremendamente aburrido....Después de esto, decidimos dedicar el resto de la jornada a visitar tiendas del centro y comer en lugares recomendados por nuestra guía de Roma.



Caminamos a lo largo de Vía del Corso sin prisa alguna e hicimos algunas compras en sus tiendas.... Es curioso el cambio de haber estado dos meses en Asia totalmente alejados de todo esto y estar ahora caminando por el bullicio romano.....solamente una jornada y ya echamos de menos los días pasados y las experiencias vividas.

Si he de destacar algo de esta última jornada serían dos cosas:

En primer lugar la comida. Para ese día nos fuimos a la Vía S. Marcello caminado a unos diez o quince minutos desde la Fontana de Trevi, hasta la Birrería Peroni, una de las cervecerías más reputadas de la ciudad, donde saboreamos la estrella del lugar (La cerveza Peroni), uno calamares y unos espaguetis deliciosos a buen precio.





En segundo lugar, las vistas del Coliseo a la luz de la luna, una bonita postal para hacer más agradable la amarga y última velada de nuestra Ruta del Escape.





Este ha sido sin duda el mejor verano de nuestras vidas. Cada día recuerdo las palabras de una anciana pareja que conocimos hace unos años en Fuerteventura. - El día que viajéis a Asia, cambiará vuestra visión de los viajes - y así ha sido. Asia corre ahora por nuestras venas como una droga de la que espero no podamos nunca desengancharnos. 

El día 1 de Septiembre de 2012 pondríamos fin a nuestra Ruta del Escape que nos llevó durante dos meses por los algunos de los lugares más bellos del mundo.

Próxima entrada..... Camboya

Fin de semana en Roma madaboutravel

-- Julián Castillo