Llegamos a Battambang totalmente pletóricos después de la visita de la jornada anterior al pequeño pueblo de Kampong Chhnnang.
Battambang es una ciudad grande, de hecho está considerada como la segunda ciudad en importancia del Reino de Camboya.
El centro neurálgico de la ciudad y principal punto de interés turístico se encuentran concentrado en la orilla oeste del Stung Sangker, en las proximidades del Mercado Nocturno de Psar Nat.
La oferta hotelera, aunque no demasiado amplia, ofrece estancias con todas las comodidades a precios de Asia. Prácticamente todos los hoteles y guesthouse se encuentran concentrados en esta parte de la ciudad. Nuestra elección fue el Hotel Kingfy, situado en el margen al este del río y junto a la animada calle Old NH5, una gran situación.
Hotel Kingfy |
Este hotel es el punto de parada tanto de turistas como de gentes de negocios que van camino de la capital o en dirección a Siem Reap, sirviendo además lugar de encuentro de reuniones de empresas, ponencias, etc...
Las habitaciones son amplias y muy confortables, dotadas de aire acondicionado individual, nevera, wifi y un cuarto de baño enorme, completo y moderno, las camas ya ni las menciono, pues no hemos podido dormir mejor en todos y cada uno los hoteles en donde nos alojamos a lo largo de estos dos meses.
Llegamos a Battambang al borde del mediodía. Nuestro bus se detuvo cerca del Mercado. En el mismo momento que pusimos pie a tierra, fuimos rodeados de hombres que se ofrecían a llevarnos en tuk tuk a nuestros hoteles. Entre todos ellos había un chaval con un pequeño cartón que tenía el nombre de nuestro hotel, y hacia él nos dirigimos. Resultó ser que el hotel tenía servicio de recogida en la parada sin necesidad de pedirlo, cosa por otro lado que nos encontramos en más de un punto de nuestro recorrido.
- Puede ser interesante mandar un mail unos días antes de llegar a destino y preguntar sobre la posibilidad de que te lleven al hotel, es más cómodo y le das vidilla a los chavales que trabajan para los hoteles -
Cuando montamos en el tuk tuk, nuestro amable chofer nos ofreció la posibilidad de visitar la ciudad junto a él de manera que a la llegada al hotel pactamos el precio (18$), los puntos a visitar y la hora a la que iniciaríamos dicha visita. Le emplazamos para la jornada siguiente a las siete de la mañana, dejando el resto del día para conocer los alrededores de la ciudad.
Después del checking tomamos unos estupendos noodles con una Angkor bien fría en el comedor del hotel y, tras una reparadora siesta española, planeamos la ruta para esa tarde.
Llevábamos la idea desde España de visitar el Centro Arrupe, dirigida por el Jesuita español Enrique Figaredo, dedicada a la ayuda a los chic@s que han sido víctimas de las minas anti persona, pero según nos indicaron, se encontraba alejada y las fuerzas estaban algo limitadas esos días, de manera que, aún siendo muy recomendable, declinamos esta visita para un próximo encuentro.
Una de las cosas que primero nos llamó la atención fue que pasaban por la puerta gran número de monjes, todos en la misma dirección. Preguntamos en recepción y nos dijeron que a unos metros había un templo donde estudiaban y vivían estos monjes y que era posible visitar su interior. Se trata del Wat Kandal, un agradable lugar en el que empezar la visita por esta ciudad. Al caer la tarde algunos de los chavales monjes que allí viven, estudian o imparten clases a jóvenes noveles, pasean tranquilamente a la espera de poder practicar su inglés con algún turista que visite este lugar. Así es como pudimos entablar una agradable charla con Sudsavannda, quién nos dio a conocer parte de sus vivencias y nos hizo participes de sus vivencias y de su vida actual como monje budista.
Entrada en el Wat Kandal |
Practicando el inglés con nuestro nuevo amigo |
Eva paseando por los dormitorios de los monjes |
El resto de la tarde lo dedicamos a pasear por la orilla del río y a callejear alrededor del Mercado de Psar Nat, tomar una Angkor en una terraza regentada por un chaval francés que cambió el ajetreo del burgo parisinos el frescor del atardecer de Battambang, y terminamos de gustando una magnifica cena al estilo kemer en el Gecko Café, un café-escuela de aprendizaje para chicas de la calle o con cargas familiares detrás, un lugar donde merece la pena una visita.
Orilla del Stung Sangker |
En el tren de bambú |
Terminada la visita, emprendimos camino hacia Phnom Banan, a unos 28 kilómetros al sur de Battambang. A mitad de camino paramos en una bodega de vino camboyano y, como buenos manchegos, hicimos la corespondiente cata.
A unos pocos kilómetros, en el margen de la carretera, paramos para probar el Bambú Cake, un pastel de arroz típico de la zona. Se coge un trozo de bambú de unos cuarenta centímetros, se vacía se rellena con arroz y azúcar, dejándolo a continuación cocer junto al fuego hasta que esté terminado. Muy bueno.
Un poco más adelante, dejamos nuestro tuk tuk al borde de la calzada con la intención de realizar una breve visita al Wat Tahm Rai Saw, la Pagoda del Elefante Blanco, para cuyo acceso es necesario cruzar desde la carretera un puente colgante hasta la otra orilla del río.
Entrada a la Pagoda del Elefante Blanco |
Más adelante, paramos en una pequeña aldea conocida por los grandes murciélagos de la fruta, que viven en lo alto de los árboles y cuya envergadura los hace impresionantes. Cuando llegamos allí me dio la sensación de conocer el lugar y al cabo de unos minutos caí en la cuenta de que este era el lugar donde rodaron uno de los capítulos de Frank de la Jungla que versaba sobre estos murciélagos.
Una vez en a Banan, es necesario subir una escalera de piedras con 359 duros escalones para llegar hasta el Prasat Banan, más conocido como el pequeño Angkor por la colocación de sus cinco torres, solamente la vista desde arriba hace bueno el camino hasta aquí. Este era el lugar elegido por nuestro conductor para comer antes de continuar camino, esta vez hacia Phnom Sampeau, en la Ruta 57 dirección a Pailing.
Escaleras hacia el Wat Banan |
Torre del Wat Banan |
Phnom Sampeau es un conjunto de templos situados en lo alto de una colina desde la que se pueden apreciar unas vistas preciosas de los campos de arroz con Battambang al fondo.
Llegando a la parte más elevada hay dos antiguas baterías anticarro apuntando todavia hacia el Monte del Cocodrilo lugar de refugio de los Jemeres Rojos tras su caída del poder.
En lo alto de la cima hay una antena de telefonía, y en todo lo alto de la misma había uno de los monos grises que merodeaban por aquí y que, probablemente habría escondido allí buena parte de su botín.
Ohnom Sampeau desde la carretera |
Imágenes de Buda dentro del Templo en la colina |
Killing Fields |
Desde aquí, y bajo una intensa lluvia, pusimos rumbo de nuevo a Battambang, dando por terminada nuestra visita a esta ciudad.
A la mañana siguiente, sobre las ocho, salimos rumbo a Siem Reap. Los billetes de bus, de nuevo con Sorya Transport, los reservamos directamente desde nuestro hotel, y ellos se encargaron de llevaron hasta la parada del bus.
El tren de Bambú En el camino con Moonflower.
Viaje a la ruta del antiguo imperio Khmer Miguel en ruta.
Ubicación:Battambang
Impresionantes fotos
ResponderEliminarBattamnbang es de mis ciudades favoritas en Camboya
Abrazos